domingo, 24 de julio de 2011

DE QUÉ FORMA TRATAS A LOS PEQUEÑOS.



Una vez me puse a observar detenidamente la vida de las hormigas, y de verdad que me quede asombrado al verlas trabajar con tanto orden y empeño.
Pero una hormiga en particular atrajo mi atención. La hormiga llevaba como carga una pajita que era seis veces más larga que ella misma.
Después de avanzar casi un metro con semejante carga, llego a una especie de grieta, estrecha pero profunda, formada entre dos grandes piedras.
Probó cruzar de una manera y de otra, pero todo su esfuerzo fue en vano. Hasta que por fín la hormiguita hizo lo insolito.
Con toda habilidad apoyo los extremos de la pajita en un borde de la grieta, y así se construyó su propio puente, sobre el cual pudo atravesar el abismo.
Al llegar al otro lado, tomó nuevamente su carga y continuó su esforzado viaje sin inconvenientes.
La hormiga supo convertir su carga en un puente, y así pudo continuar su viaje. De no haber tenido esa carga, que bien pesada era para ella, no habría podido avanzar en su camino...
¡Cuántas veces nos quejamos por los problemas, las cargas y las pruebas que debemos soportar! Pero sin darnos cuenta, esas mismas cargas bien tomadas, pueden convertirse en puentes y escalones que nos ayudarán a seguir.

Recuerda que nada conseguiras quejandote o angustiándote.