Amanece un día cualquiera de marzo. Hace frío, todavía es invierno.
Abandono lentamente el aglomerado de casitas blancas y me refugio en el campo.
Atrás quedan dormidos, aletargados, en sus hogares las gentes del pueblo.
¡Qué solo está el campo! Los silenciosos árboles callan y no dicen nada, pero una brisa suave me trae el aroma de la tierra mojada envuelta en susurros.
Los primeros cantos y trinos, que nos quitan el miedo, avisan de que todo está tranquilo.
Poco a poco asoma majestuoso el dorado sol, que trae un mensaje de esperanza, de cálido abrazo y de renovada vida.
Entre los olivos, el atrevido almendro se ha vestido de gala. Para él la primavera ha llegado antes.
Sin embargo la temerosa higuera no se atreve a asomar sus yemas. Espera a la primavera verdadera.
miércoles, 14 de octubre de 2009
sábado, 1 de agosto de 2009
MI PUEBLO...
Aunque no tenga bandera, ni canción, ni escudo, ni historia,
ni guerra, ni su independencia, ni su emperador, ni leyes, ni castigos.
Mi pueblo es un continente donde cada calle es como una frontera que sin
aduana lleva hasta la plaza a los niños descalzos.
Yo pa que quiero a la patria que sale en los libros si en los libros de la patria
no sale mi pueblo.Mi pueblo es mi pueblo, y está que importa donde,
qué importa su nombre... mi pueblo es el mío.
ni guerra, ni su independencia, ni su emperador, ni leyes, ni castigos.
Mi pueblo es un continente donde cada calle es como una frontera que sin
aduana lleva hasta la plaza a los niños descalzos.
Yo pa que quiero a la patria que sale en los libros si en los libros de la patria
no sale mi pueblo.Mi pueblo es mi pueblo, y está que importa donde,
qué importa su nombre... mi pueblo es el mío.
lunes, 29 de junio de 2009
DIECISEIS RECUERDOS...
En el horizonte empieza a clarear. El sol aún escondido asoma sus incipientes y fríos rayos de sol. Las sombras dan paso a las primeras siluetas y los sonidos de la naturaleza rasgan el silencio casi contenido durante la noche. Todavía no ha empezado la jornada y las piernas están entumecidas y el cuerpo destemplado. Apenas llevo unas horas de aguardo confinado en poco más de un metro cuadrado. Un leve ruido. Algo se ha movido en aquellas ramas. Entorno los ojos para enfocar la vista y descubrir qué lo ha provocado. Todos los sentidos se concentran. El dedo índice se posa sobre el disparador, tenso en un ademán que se ha reproducido miles de veces, presto para descargar toda la adrenalina en un instante. Ha empezado la caza fotográfica…
sábado, 14 de marzo de 2009
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