viernes, 25 de marzo de 2011

¿DE VERDÁD MURIÓ JESÚS EN LA CRUZ?...

LA CRUZ es uno de los símbolos religiosos más conocidos y venerados del mundo, pues millones de personas la consideran el instrumento sagrado en el que se ejecutó a Jesus, La cruz ha recibido un culto parecido, si no igual, al de Cristo; el sagrado madero se ha reverenciado casi tanto como a Dios”.




Hay quienes dicen que la cruz los acerca a Dios cuando oran; otros la usan a modo de amuleto contra el mal. Ahora bien, ¿deberían los cristianos venerarla? ¿De verdad murió Jesús en ella?




Mucho antes de comenzar la era cristiana, las cruces eran símbolos utilizados por los antiguos babilonios en el culto a Tamuz, dios de la fertilidad. Su uso se extendió con el tiempo a Egipto, la India, Siria y China. Con el paso de los siglos, los israelitas contaminaron la adoración de Jehová con diversos rituales en honor del dios falso Tamuz.  Los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan emplean el vocablo griego staurós para referirse al instrumento en el que fue ejecutado Jesús Dicho término alude a un poste, palo o madero vertical   “En ninguno de los numerosos escritos del texto griego original del Nuevo Testamento encontramos una sola oración que indique, ni siquiera de manera indirecta, que el staurós usado en el caso de Jesús fuera distinto del habitual, y mucho menos que estuviera formado por dos maderos clavados juntos en forma de cruz, en vez de por uno solo”.



El apóstol Pedro empleó la palabra xýlon (literalmente “palo”) como sinónimo destaurós, lo cual da a entender que se trataba de un simple poste o madero vertical, y no de un madero con un travesaño. No fue sino hasta unos tres siglos después de morir Jesús cuando algunos miembros de la cristiandad empezaron a promover la idea de que Cristo murió en una cruz. Sin embargo, esta creencia se basaba en la tradición y en un mal uso del término griego staurós. Hay que destacar también que en ciertos dibujos antiguos de ejecuciones romanas se ve un poste sencillo o tronco.




Sin embargo, algo que debería interesar todavía más a los cristianos es determinar si es apropiado o no venerar el instrumento con el que se mató a Jesús. Ya fuera un madero de tormento simple, una cruz, una flecha, una lanza o un cuchillo, ¿debería venerarse?
Imagínese que asesinaran brutalmente a un ser querido y se presentara ante un tribunal el arma homicida como prueba. ¿Trataría usted de recuperarla para tomarle fotografías, imprimir copias y luego distribuirlas? ¿Haría réplicas del arma en varios tamaños? ¿Modificaría algunas para usarlas a modo de joya? ¿O encargaría reproducciones para que sus amigos y familiares las compraran y las veneraran? De seguro, tan solo pensarlo le provocaría repulsión. Pues bien, eso es precisamente lo que se ha estado haciendo con la  crúz.




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